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sábado, 28 de marzo de 2009

22-03-2009 Concierto The Killers. Madrid

Más de algún seguidor del blog habrá pensado desde hace un tiempo que eso de “crónicas de conciertos” era una mera patraña, debido al tiempo que hace desde el último post al respecto. Casi siempre, el invierno suele suponer un parón en lo que a actividad conciertil se refiere, y este año no ha sido una excepción. No obstante, la llegada de la primavera la pasada semana, aparte de la maldita alergia, trajo bajo su brazo el concierto de The Killers en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid, con lo que hoy tienen ración doble. Confío que sea de su agrado.

Allá por comienzos de noviembre del año pasado, estando un día conectado a internet, y con motivo del lanzamiento inminente del nuevo disco de la banda de Las Vegas, me dio por meterme en la red y buscar información sobre la posible gira de presentación del disco. Debido a que en 2006 se anunció rápidamente el concierto del 11 de noviembre de aquel año en Barcelona, pensé que ahora pasaría lo mismo.

Estando con uno de los amigos que suelen venir a conciertos conmigo, vimos que había concertada una actuación en la sala Pachá de Madrid para el viernes 14 de noviembre. Al entrar al link para comprar las entradas ponía que se habían agotado… Decepción al canto, ya que era miércoles y habían salido a la venta el lunes… Tocaba resignarse y esperar a un caro festival veraniego para ver al grupo. Resultó que pocas horas antes de la celebración del concierto, se anunció la cancelación del mismo por enfermedad de Brandon Flowers.

La esperanza volvía a nuestros seres y se concretó en la incorporación de una fecha en Madrid en el Palacio de los Deportes de la Comunidad, anunciada a bombo y platillo en portada del diario gratuito ADN, a la par que en Barcelona se ampliaba aforo de la sala Razzmatazz al Pabellón Olímpico de Badalona. El precio se fijó en 39 euros y el acecho para enterarnos del día de puesta a la venta de los tickets estuvo acorde a las circunstancias del frustrado concierto en Pachá y la volatilidad de todo el papel en pocas horas.

Habiendo conseguido la entrada a las 2 horas de que saliera a la venta el pasado 16 de diciembre, la espera se ha hecho lo más llevadera posible, en parte debido al número de novedades discográficas que ha habido en los últimos meses (Bruce Springsteen, U2, Morrissey, Franz Ferdinand), y eso ha hecho que no estuviera muriéndome de impaciencia porque llegara el día “D”.

Recuerdo que cuando les hablé de “Hot Fuss” allá por octubre de 2008, todavía no había salido al mercado “Day & Age” y lo único que conocía era “Human”. A medida que les vaya comentando el concierto, aprovecharé para hacerles una revisión de las canciones que tocaron, sin que esto sea óbice de que en un futuro afrontemos su análisis formal. Ya tuvimos la oportunidad de ver el concierto de The Killers en el Pepeworld Festival en la Plaza de toros de Las Ventas de 12 de junio de 2007, compartiendo cartel con Triángulo De Amor Bizarro, Zeno & The Stoics, Kasabian y Smashing Pumpkins. No sé si les referí que The Killers fueron los triunfadores absolutos de aquella noche de martes, con apenas una hora de actuación. El directo fue arrollador e impecable, por lo que había ganas de ver de nuevo a Flowers y sus compañeros y apreciar su evolución tras casi 2 años. Aquí les dejo una de las fotos menos malas de aquella noche, ya que debido a la hora de comienzo del festival y el sol abrasante que había, decidimos ver las 2 primeras actuaciones en tendido de sombra y bajar para Kasabian cuando ya había mucha gente congregada en las primeras filas, por lo que la calidad de la imagen no es nada del otro jueves.
En esta ocasión, con mis 2 habituales compañeros en los últimos años de grandes citas musicales a mi lado, llegamos a la Plaza de Felipe II poco antes de las 16.30h. Para entonces ya había un núcleo importante de gente esperando y según mis cálculos estimé que podríamos aspirar a estar en una 6ª fila aproximadamente. La gente estaba sentada en la plaza haciendo cola, tomando algo tranquilamente, pero la policía local, como nunca había pasado en otros eventos en la zona, se afanó en fastidiar a la gente que pacíficamente se tomaba una cerveza en lata, obligándoles a vaciar el contenido de la misma. Inaudito… Por nuestro lado, y haciendo uso de una denunciable conducta habitual en buses y metros de poner el altavoz del móvil con tu música, puse algunas canciones del grupo en mi teléfono, sin que en esta ocasión molestara a la gente; más bien los que estuvieron a nuestro alrededor, disfrutaron de ello como una especie de precalentamiento.

Las puertas se abrieron un poco más allá de las 19h. Por nuestro lado, no nos tomamos el paseo hasta el pie de pista de la forma histérica que a lo mejor en otras ocasiones habíamos empleado para estar más cerca. ¿Recuerdan eso de estar cerca de las vallas y que te toque un pazguato de seguridad restrictivo enfrente…? Pues eso mismo. Con lo que tras las correspondientes carreras de las miles de adolescentes que se dieron cita, llegamos a conseguir una fila 12ª; eso sí, teniendo en cuenta el apretón y la agonía extrema de la gente, en otro concierto podría equivaler a una 8ª.

El aperitivo vino de la mano de Louis XIV. Un grupo amigo de The Killers, demostrado en el hecho de que Ronnie Vannucci subiera en una canción a tocar… ¡la guitarra! La banda se mueve dentro del rock enérgico actual. Podrían recordar vagamente a una mezcla de los Franz Ferdinand de los 2 primeros discos, con un pequeño regusto de Kasabian. Su actuación duró alrededor de media hora y no dejaron mal sabor de boca.

Tras el correspondiente acondicionamiento del escenario a los gustos de los chicos de Las Vegas, unos minutos pasadas las 21.30h se dio paso a la cuenta atrás, que se recreó en el mural de bombillas que servía de telón de fondo para la banda. Pasemos ahora pues al análisis de lo que realmente importa, tras comentarles la parte previa de la experiencia vivida.

Vayamos por partes, y antes de nada aclararles un punto: en este blog, como habrán podido comprobar, las revisiones semanales de discos, se centran en obras que desde mi punto de vista merezcan la pena. Ya referí hace tiempo, que sobre discos malos de momento no tengo pensado hablar. Sin embargo, el apartado de los conciertos es distinto. Aquí evidentemente se pueden entrecruzar aspectos positivos y negativos, más allá de que el grupo te guste; y también puede darse el caso de que esos detalles sean inherentes al grupo o no. En la parte de conclusiones verán pues un resumen de lo destacable y lo mejorable que iremos comentando desde ahora. Igualmente, también les intercalo algunas fotografías que un servidor de ustedes hizo del espectáculo.
La banda decidió iniciar el concierto sorprendentemente con “Human”. Desde mi foro interno, y visto el perfecto inicio de disco de “Day & Age” de la mano de “Losing touch”, un corte acongojantemente épico y con un fuerte carácter de perdedor melancólico en su letra y la forma de cantar de Brandon, me sorprendió que no eligieran dicha canción para comenzar y luego ya de forma lógica dar paso al single de relumbrón del disco. La gente, rondando los 20 años en su mayoría en las primeras filas, enloqueció y la intensidad y energía que se sentía alrededor era abrumadora. Brandon apareció en escena ataviado con una de esas americanas de hombreras peludas, Mark Stoermer salió con un serio traje acompañado de su bajo y tanto Ronnie Vannucci a la batería, como Dave Keuning a la guitarra, decidieron optar por un atuendo más normalito, compuesto de pantalones y camiseta de manga corta al uso, y en el caso de Keuning acompañado de un chaleco bastante glamouroso. En mi opinión, aquí me encuentro con el primer aspecto mejorable, ya que comenzar un concierto con el single actual que tanto suena en la radio, es un signo evidente de grupo pequeño que no arriesga. The Killers, tras sus casi 5 años de trayectoria, ya está en condiciones de empezar sus actuaciones de forma distinta y más aún cuando tienes a huevo una canción tan perfecta para el inicio como “Losing touch”. Durante todo el concierto no perdí la esperanza de que en un momento u otro hiciera acto de aparición… me equivoqué tristemente. Sin ir más lejos, en la anterior actuación que les vimos, el comienzo fue “Sam’s town” y luego pasaron a “When you were young”. No sé que habrá pasado para que los chicos hayan perdido tan buenas formas en esos momentos. En los primeros compases también se incluyó la conformista “This is your life”. Un medio tiempo del último disco que no deja de estar mal del todo y que sonó bastante bien en directo, con un Brandon imitando unos pasos de desfile militar al comienzo de la pista, que resultaron bastante graciosos.
En la primera mitad se mezclaron combos de canciones de sonido parecido, seguidas de otras parejas de temas de carácter sumamente opuesto. Se contrapone la intensidad y energía de “Somebody told me” y “For reasons unknown” con el pachangueo del último disco con “Joyride” y “I can’t stay”; estas 2 canciones, a mi juicio, son las más flojas de “Day & Age”, y no dejó de chocarme que la mayoría de la audiencia se las tomara muy en serio. Otra pareja unida, básicamente por la satisfacción personal que me reportó, fue la parte formada por la inmortal “Bling (Confessions of a king)” y la estupenda versión de “Shadowplay” de Joy Division, que la banda de Las Vegas grabó para la película sobre la historia del grupo de Ian Curtis que hizo Anton Corbijn, y que por cierto estamos pendiente de ver en los cines de España… El tema que siempre consideré single frustrado de “Sam’s Town”, sonó arrollador como siempre y llegó a erizarme el pelo de los brazos con ese estribillo tan brutal e intenso: “Cuando te ofrecí sobrevivir, me dijiste que ya es suficiente vivir. No me digas que se acabó, ¡levanta!... ¿Cómo sabes que tienes razón si nunca estás nervioso? No está tan mal, no está tan mal”. “Shadowplay” se valió de la iluminación más tenue posible y en el telón de fondo se reprodujeron escenas de la citada película, que a duras penas pudimos discernir al estar tan cerca; supongo que son esas compensaciones que tiene la gente que está alejada del escenario.
La parte central del show alternó canciones del nuevo disco con otros clásicos del grupo. Por ejemplo, aquí se incluyó la perorata (en el buen sentido de la palabra y desde el cariño, básicamente por el atropello vocal del estribillo) de “Spaceman”, introducida por Brandon como una canción que surgió en Panamá (país del que dijo que hasta que no tocó allí, no sabía donde estaba situado… en una revista a pie de dicha frase pusieron “¡… y seguimos para bingo!”). Precisamente Brandon hizo alusión a ello dirigiéndose a la audiencia. Inesperadamente, “Spaceman” fue uno de los momentos más pulcros y mas emocionantes de la actuación. También, en el apartado de contacto con el público, Flowers refirió que el concierto suponía el final de la gira europea, afirmando que no había lugar mejor para cerrar dicha parte de su tour mundial. En otra ocasión, incitó a bailar a la audiencia “aun a sabiendas de que es domingo”.
También estuvo presente en el show “A dustland fairytale”, esa balada tan lacrimosa y sentida que incluye “Day & Age” y que tanto esfuerzo exige a Brandon para que la canción alcance la intensidad que precisa para destacar en ese in-crescendo que tiene su estructura. “Smile like you mean it”, de forma algo chocante se incluyó en esta zona. No entiendo porque no se dejó este primer clásico del grupo para un bis al final del concierto, y se pone en la parte media para que pase sin pena ni gloria; tanto es así, que fue de los momentos en los que el público estuvo menos entregado. Qué falta de respeto ante este inmortal del grupo respecto a la acogida que tuvo por ejemplo “I can’t stay” como antes hemos mencionado.
Antes del parón que realizó el grupo para luego acometer la recta final, tuvieron a bien encadenar 3 bombazos seguidos con “Read my mind”, “Mr. Brightside” y “All these things that I’ve done”. En las 2 primeras, la entrega por parte de la gente fue brutal y sobre todo en “Mr. Brightside”. Sin embargo, fue en la parte media de “All these thing…” cuando Brandon alucinó con la audiencia cuando todo el Palacio de los Deportes entonó el remarcable “Tengo alma, pero no soy un soldado”; casi tuvo que pedir permiso para que pudiera continuar con la canción.
El caso es que tras un breve descanso, el grupo volvió al escenario para hacer de un tirón 4 canciones más, entre las que se encontraba el plato final con “When you where young”, habiendo antes ofrecido algún bonito regalo como “Jenny was a friend of mine” y por otro lado incluir el melifluo 2º single de “Sam’s Town” “Bones”, de la cual ni nos acordábamos en mi grupo. En esta parte final también se dio cabida a la canción protegida de Julian Ruíz del último trabajo de la banda, “The world we live in”; canción que poco a poco, y como me pasó con “Read my mind” en su día, cada vez me gusta más dentro de “Day & Age”.
Y aquí se acabó… ¿Bises? Pues… si quieren considerar esta parte final como un megabis, vale. El hecho es que todo lo que hubo en la parte final con los efectos de fuego y centellas en “When you were young”, se notó que estaba preparado y un bis como tal no tiene reservado esa parafernalia. Yo no les culpo tanto en este apartado, pero sí es cierto que a varios allegados míos no les gustó este detalle.

Tras acabar el concierto y salir sorprendentemente más rápido del recinto que en otras citas en el Palacio de los Deportes, estuvimos divagando para ver dónde podíamos ir a tomar alguna copa para celebrar el evento. Un compañero de trabajo me recomendó un sitio cercano al Palacio, en el que por lo visto había una fiesta del concierto organizada por la casa discográfica y con presencia del grupo; lugar que no conseguimos encontrar. Cuando estábamos en esas tesituras, pasamos por la calle Fuente del Berro, justo al otro lado de la Plaza de Felipe II, en donde había una hilera de mastodónticos autobuses con cristales tintados. También se veía una entrada a las entrañas del recinto, alrededor de la cual había un grupo de unas 15 personas. Al no dar con la cervecería que se nos había recomendado y tras la paliza de tanto rato de pie, decidimos sentarnos en unas escaleras que había al lado. De repente vimos que la poca gente que había por ahí, se acercaba a la puerta y también algún grito contenido. Nos levantamos, nos asomamos y vimos a Ronnie Vannucci, el cual se metió rápidamente al bus. A los pocos segundos y tras la insistencia de algunos de los allí congregados, salió del vehículo y se puso a firmar autógrafos. Para acercarnos a Ronnie, al encontrarnos al otro lado, teníamos que pasar por delante de la puerta. Me dio por mirar y aprecié que una silueta daba un paso lateral para esconderse tras la parte de la puerta que no estaba abierta. Al segundo la silueta salió a luz y resultó ser el bueno de Brandon. De una extrema timidez, pero con gran humildad, concedió un par de minutos a la gente que allí estábamos. Pude intercambiar unas palabras, diciéndole que estaba encantado de conocerle, que había sido un gran concierto, y en tono amable y de buen rollo, le pregunté por “Losing touch”, a lo que me dijo que quizás para el FIB lo preparen. Resultó una persona encantadora lo poco que traté con él. De paso también conseguí una foto con él (ahí les dejo la instantánea, para que no piensen que es un farol). Tras dejar a Brandon, que siguió prestando atención al resto de gente, observé que también estaba allí Mark Stoermer, elegantemente vestido y de una tremenda estatura y corpulencia. También amablemente accedió a fotografiarse conmigo e igualmente cambié algunas palabras con él. Me resulto una persona asombrosamente educada, seria y correcta. De Keuning ni idea; suponemos que tardaría en salir, puesto que nos fuimos y los autobuses, ya con los 3 componentes dentro de los mismos, no habían partido. Tras esta satisfactoria experiencia, cerramos la noche en Huertas para celebrar la tarde/noche con algunas cervezas.
Vayamos a las conclusiones. En lo mejorable está el set list elegido. No crean que me voy a poner estricto diciendo que faltó por ejemplo “On top”, porque siempre un grupo se puede dejar alguna canción que te guste. Siempre pasa. Pero aquí el error es de bulto. Primero en la estructura, ya que colocar “Human” como inicio de show es de grupo pequeño y The Killers ya no lo son. Segundo, la omisión de temas sustancialmente mejores del último álbum como “Losing touch” o “Neon tiger” en lugar de las pachangueras “I can’t stay” y “Joyride”. También la gente se quejó de la duración del concierto. Realmente The Killers solo tienen 3 discos y es raro que un grupo con esa cantidad de trabajos dure más de 90 minutos; pero bueno, supongo que por 2 canciones más en plan bis real no hubiera estado de más y les hubiera hecho quedar como unos caballeros; lo que realmente son.

Lo positivo viene de la percepción que The Killers cada vez tienen un directo más debastador e impresionante. Se nota a pasos agigantados la evolución de Brandon Flowers sobre el escenario, con una cada vez mayor seguridad y destilando un encanto y carisma innegables. Durante la práctica totalidad del show, menos en la versión acústica de “Sam’s town”, en la que estuvo sentado a su piano, no paró de moverse por todo el escenario, subirse a los bafles y bailar cual nervio vivo.

El juego de luces escogido, la decoración con palmeritas del escenario y los cristales a efectos de bola de discoteca que decoraban el teclado de Brandon, también fueron acertados. El sonido del concierto fue estupendo, al menos en la zona en la que estuve. Hay gente que se queja del sonido, quizás hubiera lugares en los que la acústica no fuera tan benévola, pero he de decir, que hasta la fecha no he acudido a un concierto en el que se entienda tan perfectamente la letra por parte del cantante. Otro aspecto destacable, viene de la mano de la perfección vocal de Brandon que pone fin a las especulaciones sobre su capacidad. Simplemente perfecto, ya que ni un solo desafine destacable en un concierto tan enérgico, es digno de elogiar.

Claro, en lo personal conocer a una banda a la que admiras, siempre es un punto a favor y un motivo de satisfacción. Igualitos que sus contemporáneos Interpol cuando vinieron hace un año y medio y tanto Fogarino como Banks pasaron olímpicamente de los 4 gatos que estábamos haciendo cola a primera hora de la tarde… Me da por pensar que si el concierto hubiera comenzado con “Losing touch”, se hubiera sustituido “Joyride” por “Neon tiger” y “Smile like you mean it” hubiera sido trasladada en solitario a un bis final, estaríamos hablando de un concierto pluscuamperfecto. No obstante la actuación global se puede calificar de notable, básicamente por la entrega del grupo, principalmente de Brandon y también Ronnie desde su batería y las poses guitarreras de Keuning. Stoermer permaneció en su posición de bajista, sumamente concentrado en sus tareas y dando un perfecto resultado sonoro.

Conclusión: The Killers, salvo pequeñas imprecisiones, arrasaron el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid, quedándoseles incluso pequeño. Si se lo proponen, y si Coldplay no se cuida las espaldas, están en disposición de asaltar el trono de reyes del pop/rock actual en dura pugna con Franz Ferdinand. Dentro de una semana toca el turno de los de Kapranos en la misma ubicación y a estas horas todavía voy solo a dicho evento, aunque existe un pequeño resquicio para tener partenaire que espero que prospere. De momento los Flowers, Keuning, Stoermer y Vannucci han golpeado primero. Les mantendremos informados de lo que acontezca con los nocturnos Ferdinand, que vienen muy bien acompañados de Mando Diao. Permanezcan atentos a sus pantallas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Curiosamente pienso lo contrario, los grandes comienzan con los bombazos del momento porque no tienen complejos de lo que hacen (para muestra el Vertigo de la gira 05 de U2) y de paso realizan una declaración de intenciones de lo que se avecinaba.... un concierto memorable.

También eché de menos "On Top" y "Losing Touch", así como el cover de "I can't take my eyes off of you" ;).

Como bien dicen ellos mismos, aspiran a lo máximo, sólo espero que sea con "Glamorous R&R" y no sólo pop/rock.

Ni que decir tiene que te envidio por las fotos, enhorabuena!!!.

Abacab dijo...

Anónimo, celebro ver este comentario aquí, por que creo que esta es de las entradas más atractivas que he publicado en este año 2009 que ya agoniza, y que nadie había comentado aún.

Sobre lo de la canción para la apertura del show, tenemos distintos puntos de vista. Supongo que será cuestión de gustos, pero a mi me hubiera alegrado más de inicio "Losing touch", como mencioné en la crónica.

Yo eché más de menos la versión de Morrissey de "Why don't you find out for yourself", pero supongo que tanto la que pides tú, como la que pido yo, es exigirles demasiado a estos buenos muchachos de Las Vegas.

Veremos qué es lo que nos deparará el futuro de The Killers. De momento, aseguro que lucharé por conseguir entrada para la próxima vez que vengan a Madrid, puesto que no intimé lo suficiente con ellos como para pedirles entradas para la siguiente ocasión que nos visiten...

Gracias por escribir.