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sábado, 10 de septiembre de 2011

Supertramp - Crime Of The Century (1974)

En 1974, tras haber editado sus 2 primeros discos, nadie (literalmente) daba un duro por Supertramp. La banda comandada por Rick Davies y Roger Hogdson de hecho había dispuesto de un mecenas adinerado que confió en ellos en sus primeros pasos y que perdió una importante cifra económica ayudando al grupo en sus 2 primeros discos “Supertramp” e “Indelibly Stamped”. Supongo que el buen hombre se tiraría de los pelos al comprobar que fue a la tercera cuando el grupo dio en el clavo y consiguieron un gran éxito.

Para su 3er. disco, y con el grupo en situación catatónica, la apuesta era a todo o nada. Supertramp terminó por otro lado de fraguar la considerada formación clásica histórica, aquella compuesta por Bob Siebenberg a la batería, John Helliwell al bajo y Dougie Thomson al bajo.

El resultado sería uno de los discos más valorados de la era del rock sinfónico y también de la historia de la música en general; el disco que muchos consideran la mejor entrega de Supertramp de todos los tiempos, el lp “Crime Of The Century”. Y es que en realidad el quinteto consiguió conformar un disco muy compacto, de 8 canciones realmente maravillosas, sin que exista un solo segundo anodino o no válido. Una genialidad con la que el grupo comenzó a labrar su leyenda y que a la par es la propuesta musical semanal que desde aquí les realizamos.

Escuchar en los primeros segundos esos sonidos lejanos de armónica, tan reconocibles a la larga en la discografía de Supertramp, que nos introducen en “School”, es una forma casi inmejorable de iniciar la escucha del álbum. En este tema de tintes melancólicos, Roger Hogdson es quien se encarga de otorgarle la voz, con alguna salvedad puntual en forma de réplica de Rick Davies. Hay un solo de piano acelerado en mitad de la canción que es una maravilla. El tema poco a poco va ganando intensidad en un desarrollo perfectamente medido. Gran tema este “School”, y muy valorado por los seguidores de Supertramp a la larga, pero será en el 2º lugar donde accedamos a uno de los temas que tuvo su protagonismo individual a la hora de dar fama a la obra. “Bloody well right”, con Davies encargándose de la voz cantante, es un ejercicio de virtuosismo a los teclados, mezclado a la perfección con secciones de viento, que en definitiva conforma un ejercicio excelso de mezcla entre rock y jazz. Por otro lado, esta “Bloody well right” ofrece quizás el momento más animado y pop en el sentido de la alegría y desenfado que transmite, sin olvidar el próximo pasaje que nos otorgará “Dreamer”. Una de mis preferidas del disco es la emotiva “Hide in your shell”. Destacan principalmente esas secciones de saxofón tan embriagadoras a cargo de John Helliwell en su estribillo. No obstante, esta “Hide in your shell” tiene una melodía muy delicada, cosa que se puede apreciar en los inocentes teclados que utiliza. Una preciosidad oculta dentro de esta obra, a la sombra de los grandes clásicos que destacan más allá como son “Dreamer” o “Bloody well right”. Llega “Asylum”, un tema con una estructura de arranques y paradas, y con un Rick Davies realmente entregado, aportando momentos al tema de bastante fuerza y entrega.Otro clásico sin posibilidad es la alocada “Dreamer”. Aquí Hogdson se impone sobre una nerviosa melodía instrumental, haciendo gala de su registro vocal tan agudo. Las notas de teclado son lo más notable en esta pieza tan animada. Siempre resulta interesante escuchar el antepenúltimo escalón de “Crime Of The Century”. “Rudy” es una canción que comienza delicada y con una gran emotividad, dentro de la cual hay desarrollos instrumentales inspiradísimos por parte de la maquinaria sonora de Supertramp. El vértigo alcanzado en ciertas partes es increíble y supongo que los términos de rock progresivo o sinfónico en parte se acuñaron por temas como éste. Si tuviera que decir qué canción es la menos buena de la obra que hoy nos ocupa, probablemente diría que “If everyone was listening” es la difícil elección. Estamos ante un tema muy tranquilo, de leve intensidad y que en consecuencia es el más fácilmente olvidable de “Crime Of The Century”. Se nos reserva para el cierre la canción que da título a la obra, el plan que Rick Davies tiene para el crimen del siglo. Tras una primera parte vigorosa en sus notas, a ratos rotunda, con sus necesarias paradas y cambios de ritmo, la 2ª parte o recta final destaca por esa melodía tan marcada, sencilla y a la par sublime de unas pocas notas de piano que destacan sobre el resto de instrumentos. Para mi gusto, estamos ante uno de los mejores finales de disco que he escuchado nunca.

Ya desde la portada, con esa reja carcelaria y las manos del preso sujetándola férreamente, perdida en la inmensidad del universo, se intuye que el disco en su interior guarda algo importante. No fue para menos. En el apartado comercial el disco funcionó realmente bien y también por ejemplo “Bloody well right” en formato single fue bastante celebrado. A la larga y quizás junto a “Selling England By The Pound” de Genesis y “Dark Side Of The Moon” de Pink Floyd, “Crime Of The Century” marcó una época.

El 3er. disco de Supertramp permitió al grupo sobrevivir y yendo más allá conseguir un notable éxito, el cual se mantendría de aquí en adelante con entregas tan potentes como “Even In The Quietest Moments…” o “Breakfast In America”. El siguiente trabajo sería “Crisis? What Crisis?”, que si bien no llega a los niveles de excelencia de la obra hoy propuesta (de hecho solamente tengo dudas con “Even In The Quietest Moments…” dentro de la discografía del grupo para igualar a “Crime Of The Century”), mantuvo el tipo y ofrecería alguna que otra joya como “Another man’s woman”.

“Crime Of The Century” es uno de esos discos que siempre aparecerán en las listas de los 100 o 1000 discos que hay que escuchar en vida o cosas por el estilo. Y si aparece es con una razón aplastante. No solamente sea quizás el mejor trabajo de la banda por entonces comandada por Roger Hogdson y Rick Davies, sino que además es uno de los trabajos más representativos de su época y estilo. Quizás a ratos, para el público generalista, sea una obra complicada, pero también ofrece otras composiciones como “Dreamer” o “Bloody well right” que son fácilmente asumibles por cualquier persona de a pie. Si no lo conocen espero que les guste y si ya lo han escuchado, cualquier día o época del año es buena para recuperar su audición.

En parte este post tiene algo de nostalgia por más o menos cumplirse en estos días un año de la 2ª y última vez que pude ver a Supertramp en directo. El concierto terminó de forma aplastante con la ya comentada canción que da título al disco de esta semana y que también cierra la obra; como ya les expliqué en la crónica de aquel concierto, no se imaginan las sensaciones que puedes experimentar escuchando esa melodía final tras un directo de 2 horas de la banda. Sin palabras. Por hoy, confórmense con escuchar esas notas en su toma de estudio.

3 comentarios:

Sergio Reina dijo...

Una cosa esta clara, me has dado muchas de ganas de escuchar a Supertramo, que es lo que estoy haciendo en este momento.

Un abrazo

Abacab dijo...

Serreina, siempre es necesario de cuando en cuando recuperar la escucha de Supertramp. Es bueno para nuestra salud musical.

Un abrazo y gracias por escribir.

Anónimo dijo...

Este es uno de los grandes discos de historia de la música y para mi el mejor de Supertramp.