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viernes, 3 de junio de 2016

Russian Red - Agent Cooper (2014)

ANTECEDENTES E INTRODUCCIÓN.
Uno no sabe muy bien si es por casualidad, por la convergencia general de gustos en un momento dado o por la mera labor etiquetadora de la crítica musical, pero hay veces que varios estilos salen a la palestra casi a empellones; como si un número de artistas presuntamente similares hubieran estado agazapados esperando el momento preciso. En el caso de Russian Red (básicamente Lourdes Hernández) a raíz de su debut “I Love Your Glasses” (2008) surgió un “movimiento” en nuestro país, ehmmm… ¿Cómo llamarlo?: ¿Neo folk indie femenino?, en cuyas huestes estaban a modo de ejemplo: Anni B Sweet, Alondra Bentley, La Bien Querida (quizá más heterodoxa) etc. Buscando una especie de sentido generacional es cierto que podía haber parecido entre ellas: predominancia acústica, el regusto vintage que al parecer la modernidad exige, algunas influencias comunes como Feist o Cat Power… De todos modos no hemos de llevar la idea de uniformidad muy lejos, aunque haya semejanzas cada artista no es intercambiable por las demás y cada una a su modo insufla su hálito de forma distinta. Juntas cronológicamente, pero no revueltas.

Otro rasgo común: la progresiva impronta pop en subsiguientes lanzamientos. Nuevamente nos encontramos con una nueva generalidad que se plasma de forma peculiar en función del artista del que hablemos. Como no es mi intención hacer una historiografía comparada, nos centraremos en Russian Red y salvaremos para otros post artistas que podrían participar de estas características. ¿Qué tiene Russian Red? ¿Qué aportan sus canciones? Yo diría que “encanto”; y me da la curiosa sensación de que calificar una canción de encantadora es caer en el riesgo de ser cursi o afectado. Sin embargo no encuentro una definición más ajustada; son canciones melodiosas, dulces, tarareables y cuando toca muestran una precisa alquimia entre ingenuidad y sensualidad. Ahí es nada.

Los pasos anteriores a este disco no son muy numerosos. Por un lado tenemos al ya mencionado “I Love Your Glasses” (2008) que por su éxito y por su categoría de carta de presentación quizá podría ser su disco más importante. Se trata de un disco virginalmente folk en muchos aspectos, pero con un enfoque que podía satisfacer al paladar pop y que añade además un cierto deje americano. Su continuación, “Fuerteventura” (2011), gana en ambición (lo graba ya con Sony), se asocia con gente de Belle & Sebastian (una influencia sin duda) y suena un poco más pop. Es un disco dulce, luminoso aunque con incrustaciones melancólicas.

Y llegamos a “Agent Cooper”, donde la conversión al pop es total; salvo en algún momento concreto el parentesco con el folk es bastante lejano y el cambio de sonido es notorio. Tenemos más guitarras eléctricas, más sintetizadores, entre las similitudes la gente incluso desliza el nombre de “The Killers”. Uno de los responsables es el productor Joe Chicarelli (anteriormente había trabajado, aparte de con Flowers & Cía., con Morrisey y My Morning Jacket, etc.) y la verdad es que el sonido de este disco me gusta más que los anteriores. No puedo acudir a sesudos argumentos, me dejo guiar por los sonidos que más me seducen. Es cierto que se puede perder cierta belleza frágil, pero a cambio obtenemos más empaque, diversión y un toque más rotundo. También hay un esfuerzo en potenciar cierto aspecto sensual tanto a nivel gráfico (echen un ojo a la portada del disco o al vídeo de “Casper”) como melódico. En cuanto a la estructura, la primera mitad contiene la mayor parte de manos ganadoras, entendiendo éstas como las canciones más inmediatas y potentes en primera instancia, pero conforme avanzamos el disco no encontramos una caída de nivel o una distancia evidente; sencillamente no acaban de ser los mismos derroteros. La elección del single principal me parece excelente, de manual, no le falta ni le sobra ningún elemento que le pueda definir como tal. Ya habrá ocasión de diseccionarlo en el apartado de revisión, pero aparte de sus virtudes como canción tiene el añadido de no ser seguidista con otros anteriores. No sé si hablar de sorpresa es excesivo, pero desde luego sí que me parece un revulsivo, una dosis de aire fresco. No creo que tenga el predicamento de, por ejemplo, “Cigarettes” pero por mi parte supone un punto interesantísimo en su carrera.

Y entre disco y disco hubo un tiempo para la polémica, sustentada básicamente en dos frentes: unas más bien poco afortunadas declaraciones en twitter y el ingenuo hecho de revelar sus simpatías políticas urbi et orbi en una revista. De esto casi mejor pasamos, todo lo dicho y escrito está a su entera disposición en internet y ya somos todos lo suficientemente mayorcitos para enjuiciar las declaraciones de la gente, ya sea una manifiesta memez o un brillante aforismo. Y ni mucho menos nos vamos a comportar como un sanedrín de depuración política. Conclusión, juzguemos a “Agent Cooper” por su música, interesante a mi entender, vayamos con la mente abierta, sin prejuicios de ninguna índole y disfrutemos de un puñado de buenas melodías. Melodías, por cierto, dedicadas enteramente a hombres. En efecto, tanto el título del disco (el icónico agente Cooper de “Twin Peaks”, excelente personaje), como el de las canciones hacen referencia a personas del sexo masculino; en algunos casos el sujeto objeto de mención es conocido y en otros no está nada claro (a veces no se ponen los apellidos completos). Si tienen tiempo libre y gustan de llegar hasta el fondo pueden probar a lanzar hipótesis al respecto. Y sin más dilación pasamos a la música.

ANÁLISIS DEL DISCO.
1. “Michael P”: Los primeros acordes ya anuncian cambios respecto a otros discos, los sintetizadores hacen acto de presencia de forma envolvente, acompañando la voz de Lourdes. Tonos ochenteros marcan la canción, con toques melancólicos y un estribillo potente y retumbante. Es precisamente el estribillo la parte fuerte de la canción, donde no hace falta nada más que hilvanar y repetir la palabra “lonely” para lograr un buen efecto. Es curioso; es bonita y meditabunda a un tiempo. A mi parecer, muy buen comienzo. Fue tercer single.

2. “John Michael”: Nuevamente dejes ochenteros, pero con un tempo más exaltado, nos arrojan a una excelente canción. Pop rock puro y duro, sin aditivos, de animadas estrofas y exultante estribillo. De los momentos más pegadizos del disco y donde las supuestas similitudes con el sonido de The Killers pueden tener fundamento. Lourdes suena muy sensual cantando en el estribillo algo así como “ojalá pudiera permitirme tu estúpido encanto, tu estúpida voz”. Fue segundo Single.

3. “Stevie J”: No es que el cambio sea muy radical pero ya percibimos una ligera variación de coordenadas. El pop es más naif y melancólico, sobre todo por el efecto de unos finos teclados que adornan el tema. La voz de Lourdes también suena un poco más apagada, pero la base de canción directa y pegadiza sigue estando ahí. Hermoso estribillo y sencilla letra de acompañamiento “Dime quién eres y deja de ir tan rápido, porque no puedo seguirte”. La canción bien podría estar dedicada al componente de Belle & Sebastian Stevie Jackson, el cual participó en la producción de su anterior disco “Fuerteventura”.

4. “Casper”: Y llegamos al single principal del disco. Dado que es una canción que realmente tiene pegada y se asimila y digiere a las mil maravillas no hay objeción posible. Guitarrera, trepidante, sensual y muy divertida. Tiene además matices interesantes; del ritmo movido de las estrofas al ligero parón del (buen) estribillo, donde Lourdes luce buena forma vocal. Puede ser un pequeño clásico para Russian Red.

5. “Xabier”: Llegó el cambio, el golpe de timón musical del disco. La atmósfera se convierte en la sustancia principal de la canción, a través de las suaves guitarras, vocales susurradas y del tempo lento. Se trata de una balada serenamente melancólica; a veces me recuerda a los U2 más introspectivos del “The Unforgettable Fire” (aunque más suave) pero con momentos puntuales de distorsión. Supone un toque de variedad y un tono que beneficia al conjunto del disco al no hacerlo pétreo. La letra a lo tonto ha tenido su telita. Se dice, se rumorea, que la canción habla del futbolista Xabi Alonso, quien habría tenido un desliz (uséase infidelidad) con Lourdes... Hecho que animó al jugador a poner tierra de por medio e irse a Munich. Esta historia que aúna pasión, mediocentros tolosarras y exilios sentimentales ha sido desmentida por parte de la cantante y afirma que está dedicada a un chico de Chueca. Vaya usted a saber, lo que importa es que la canción es buena. La canción del disco favorita de Lourdes.
6. “Anthony”: Y de nuevo cambio estilístico. Quizá sea la canción más rockera de todo el repertorio de Lourdes, subiendo el volumen de las guitarras y manteniendo un ritmo directo y continuado. Melódicamente no es que tenga mucha historia pero es divertido ver como se traspasa la línea del pop y nos adentramos en el rock. Y sin ser gran cosa, no es que desentone. La letra también es un poco más desafiante: “ninguno somos temerosos, y viviremos como si no hubiera vida”.

7. “William”: La canción empieza suave, sosegadamente, apoyada en unos oscilantes toques de sintetizador; característica que se mantendrá durante las estrofas en general. La parte más destacada es el énfasis del estribillo, cadencioso y muy remarcado; Lourdes casi subraya cada palabra, argucia para que todo resulte pegadizo. Es una canción que no destaca particularmente del conjunto, aunque con sucesivas escuchas acaba resultando simpática.

8. “Alex T”: Pop delicado y sedoso, de mano de unas suaves guitarras y unos sutiles coros vocales. Buena atmósfera ensoñadora y agradable para dejarse llevar tranquilamente. De hecho mientras en la primera parte del disco la efervescencia estaba por doquier, desde hace algunos temas la atmósfera (en sus diversas formas) se va haciendo más patente. La letra está dedicada a Alex Turner, cantante de Arctic Monkeys. De lo que se deduce que Lourdes es fan de los Arctic en general y de Alex en particular. No sé si proyecta sus deseos en frases como la que sigue: “Eres una estrella soñando tu vida en la palma de mis manos”.

9. “Neruda”: El inicio de la canción es tórrido, lento, nuevamente atmosférico. Casi recuerda un poco a Lana del Rey. A destacar nuevamente el estribillo, épico, emotivo, de los más notorios del disco. Una de las canciones que más van ganando con las escuchas; muy interesante unos arreglos de guitarra sueltos casi a lo Chris Isaak. Bonita canción. Ni que decir tiene que el título va por el poeta chileno Pablo Neruda.

10. “Tim B”: Nuevamente un toque solemne, en esta ocasión un poco más oscuro y rasposo. Es de las menos directas del disco. Poco a poco se van apreciando detalles como el interesante riff de guitarra que sigue al estribillo y que acaba grabándose en nuestra cabeza según se escucha. Acabamos pues a media luz, con buenas atmósferas a las que hay que prestar más atención. Al parecer no está dedicada a Tim Burton como pudiera parecer. ¿A quién? Misterio misterioso.

RESULTADO, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES.
Se podría objetar que ha sido un paso hacia el mainstream por parte de Lourdes, pero como la frontera entre lo comercial y lo independiente es cada vez más nebulosa y arbitraria no estaría tan seguro de que esa afirmación tenga consistencia. El caso es que el toque más ochentero de “Agent Cooper” es favorecedor a mis oídos, probablemente porque es una tipología de música que conecta bastante conmigo. Tengamos en cuenta también que es el tercer álbum de la artista madrileña y que analizando cada una de las entregas no se puede decir que se haya repetido. No es nada radical, pero a veces es preferible una evolución a una revolución. Mencionemos también, porque es de justicia, las aportaciones de Brian Hunt y Juan Diego Gonsálvez, antiguos colaboradores de Lourdes y miembros de su banda que además aportan ideas y creatividad.

Ya se habrán dado cuenta de que la primera parte del disco es la más efervescente, la más inmediata y la que quedará primero en nuestras cabezas recién acabemos las primeras escuchas. Más allá de los singles una canción importantísima en el disco es “Xabier”, no por su supuesto trasfondo telenovelesco-futbolístico, sino porque delimita una parte del disco y comienza la siguiente. A partir de ahí los tempos varían y es necesario prestar un poco más de atención en algunos casos o bien simplemente dejarse llevar. En cualquier caso no se piensen que van a encontrarse con música dodecafónica o algo así; sigue siendo pop.

¿Y el siguiente movimiento? Se ha puesto recientemente en streaming un EP, “Spectorize”, en colaboración con Glowbug y que suena más electrónico y experimental. No obstante esto es un proyecto colaborativo. ¿Cómo será su próximo largo en solitario? A saber; de lo que ha hecho hasta ahora no se puede inferir nada de lo que vaya a hacer Lourdes en el futuro. Los cambios han sido notorios. Por lanzar una moneda al aire me atrevo a decir que quizá ahonde en el tono más popero de “Agent Cooper”, no obstante todo esto es pura especulación; quizá siga la onda de su recientísimo EP. Dado que en general su último LP ha funcionado bien, sea lo que sea creo que el futuro por delante es auspicioso. De momento otro de sus últimos pasos ha sido versionar la canción de Niños Mutantes “El Infierno”, en el marco del homenaje de varios artistas a la banda granadina. Suena introspectiva y sofisticada, pero no creo que nos vaya a dar ninguna pista de por dónde puedan ir los tiros. Permaneceremos atentos.

Texto: Mariano González.

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