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sábado, 1 de abril de 2017

Concierto Miqui Puig & ACP. Madrid (30-03-2017)

SINOPSIS (por Mariano González).
“Se fuerza la máquina”. Con esta enunciación coincidente con la canción su disco homónimo de 1996 podemos resumir el espíritu del concierto, para deleite de los asistentes; entre los que nos incluimos la gente de “DMR”. En este caso Víctor Prats (quien hará la crónica principal) y yo. No hace mucho que hemos podido deleitarnos con “Escuela De Capataces”, el nuevo disco de Miqui Puig & ACP, y ello nos ha incitado a ver su traslación al directo. Un tanto a favor del disco, que nos demuestra que no es una obra neutra o funcionarial. El escenario fue el de la coqueta sala Costello, cuyo aforo fue de sobra cubierto, dando lugar a todo un éxito de afluencia.
Víctor Prats y yo tuvimos la suerte de poder sentarnos al lado de del escenario, yo con una imprescindible banqueta (doy gracias por ello a G-News y a la Sala Costello). El hecho de estar tan próximo a la música presenta ciertas ventajas, la música se convierte en un placer casi cercano a la sinestesia; como si la música se pudiese palpar, tocar, casi oler. Se puede ver todo el utillaje de la banda: guitarras, pedales, track list… Es un como un making off de algo que está pasando casi simultáneamente. La situación no podía ser mejor. Aludía al principio al tema de “Se fuerza la máquina” por el recio vigor que mostró la banda, tocando sin apenas interrupciones entre canciones y de un tirón. Todo ello tocado con simpatía y potencia; el colegueo y las miradas cómplices fueron una constante durante toda la noche. Miqui estuvo, aunque parezca contradictorio, apacible y enérgico. Se podía adivinar una íntima satisfacción acompañada de entusiasmo que daba esa sensación; confiado como si jugara en casa. La banda sonó compacta y engrasada, incluyendo a su mano derecha Marc Botey.
En cuanto al track list, estuvo bien balanceado. Los distintos parajes de la trayectoria de Miqui tuvieron momentos de relumbrón. De la época de Los Sencillos fue una agradabilísima sorpresa la inclusión de “Estuve de vinos por ti” y la curiosa versión semi-instrumental de “Mala mujer”, estupendamente interpretada por la banda y con Miqui mirando desde primera fila, botellín en mano. Transfundir sangre nueva en directo a una canción antigua es una buena idea, cuando la idea es interesante. Como anoche. Por su parte “Alta y delgada” sonó atronadora, casi hard rockera. También es de notar que el show se cerró con “Drama”.
En cuanto a su época en solitario sonaron estupendas, como no podía ser de otra forma (a modo de ejemplo), “Te quiero ahora, te quiero luego” y “La puta canción de amor en la que el chico gana” y no sonó nada mal “El sirviente”, canción además valedera para reivindicar “Impar” (2008). Y en justicia hay que decir que las canciones del último disco nos sirvieron varios y variados platos fuertes: yéndonos a los extremos tuvimos el toque calavera y gamberro de “Cuidado con los perros” y por otro lado la genuina emoción de “La hora del brindis”, quizá la hora del concierto con más sentimientos adscritos. En cuanto a “Los Módena” y “El sastre de Genestacio” llevan camino, y apostaría a ello, de convertirse en clásicos de Miqui. Al tiempo. Y no, no sonó “Bonito es”. No obstante es preferible quedarse con lo que hubo y no con lo que no fue, porque de hecho hay canciones de sobra en el repertorio de Miqui para que no se eche de menos una en concreto. Por mucho rango que tenga.
El post concierto, acorde con la noche, fue divertido; además de cundirnos bastante. Tuvimos el placer de hablar un ratito con un encantador Marc Botey y saludar a un no menos encantador Miqui Puig. Todo ello reflejado en foto, y en nuestra memoria. Y para rematar tuvimos el honor de conocer a un grande del periodismo musical: nada más y nada menos que Santi Alcanda. Además de periodista, artífice de numerosas horas de disfrute radiofónico para un servidor. Como ven una noche redonda. Si tienen oportunidad de ver a Miqui en directo, ni lo duden. Será algo divertido, será algo bonito. No quisiera olvidarme de G-News, ni tampoco de la sala Costello que me facilitaron ver el concierto más cómodamente dadas mis carencias físicas.

CRÓNICA (por Víctor Prats).
Pasa el tiempo que ni te das cuenta. Casi han pasado 6 años desde la última vez que vi a Miqui Puig en concierto. Y ya llevaba mucho tiempo echando de menos la actividad musical propia del señor Puig. 2017 de momento nos ha traído como buena noticia su regreso discográfico y asociado a ello la vuelta al directo. Abajo Puig en primer plano y en segundo el bajista de la ACP José Robisco.
“Escuela De Capataces”, notabilísima obra de Miqui Puig junto a su Agrupación Cicloturista Puig (eso significan las siglas de ACP), arrancó su gira el pasado jueves en la sala Costello de Madrid. Sala repleta hasta los topes de admiradores de lo que Miqui Puig ha ofrecido musicalmente. Comentamos Mariano González y servidor que quizás el recinto venía un poco pequeño para el tirón de Puig y los suyos. Y así fue. Marc Botey, que lidera la ACP y que es mano derecha de Miqui en lo musical desde hace casi 20 años, nos explicaría el motivo de escoger a la Costello, un sitio que por otro lado a nosotros nos agrada mucho para conciertos, por su buen sonido y su céntrica localización.
A las 21.00h ya estábamos en la puerta de la sala y tras acceder a la misma y estar un ratito en la planta superior leyendo la siempre interesante revista Mondosonoro, bajamos al recinto conciertero propiamente dicho del local en la planta sótano; antes, al acreditarnos en lista hubo un instante en el que me confundieron por los nombres anotados con mi tocayo Víctor Abundancia. Estuve lento y poco gracioso, ya que solamente atiné a decir que no era yo, cuando debería haberle dicho al empleado de la sala algo así como que ya me hubiera gustado en su día haber liderado a Los Coyotes. Luego Miqui citó al señor Abundancia en mitad del show, como referente en una de sus composiciones; no constatamos si estuvo entre los presentes o no. En la zona del concierto estaba dispuesta la banqueta que habíamos solicitado a la organización para que Mariano González pudiera sobrellevar su limitación física transitoria; desde aquí mis sinceros y amplios agradecimientos a Pilar González de G-News y al personal de la sala por lo atentos que fueron a este respecto.
Llegan las 22.10h y comienza a sonar una retransmisión deportiva de una carrera ciclista de las de muy antaño. La ACP va posicionándose en el escenario y finalmente se incorpora Miqui (vestido elegante, pero informal, con pañuelo verdiblanco al cuello) para arrancar a todo meter. Abren como lo hace “Escuela De Capataces” con la eficaz “Ella me salvó (beber sin sed)”, buen inicio de disco y de concierto, que conectó sin solución de continuidad con el clásico “Todo va bien (de momento)”, que otrora era parte de los bises y ahora tiene el papel de azuzar a la sala al comienzo.
Hubo más caña en este bloque inicial de vértigo donde apareció otro clásico como es la popera “Revival” y engancharla con la luminosa “Sofía Schmidt-Pérez Del Oso” y el trallazo de “Viva acid house”. Miqui Puig y la ACP se movían al ritmo frenético de una contrarreloj por equipos, relevando una canción tras otra sin apenas mediar un segundo de silencio entre acordes. Este quinteto de apertura fue de infarto. Se notaba que Miqui llevaba tiempo queriendo regresar a las tablas y la energía era desbordante. Aquí debajo Marc Botey a los coros y a sus cuerdas.
Había que parar un poquito y aquí es donde se produjo el primer descansito. Y tras esos segundos de respirar apareció el que quizás me supuso la sorpresa mayúscula de la noche. Miqui ya me ha comentado en persona que le es difícil recuperar la interpretación de canciones antiguas de Los Sencillos, por ello lo que nos tenían preparado me dejó muy sorprendido. Comenzó a sonar “Estuve de vinos por ti”. Esa canción de desamor que es una joya oculta del repertorio de Los Sencillos, donde el mazazo se sobrelleva cantando canciones con hinchas de fútbol y demás. Pasaje de fuerte agrado del concierto, que no sería el único en este episodio de temas muy antiguos de la banda que en su día lideró Puig. Aquí abajo les insertamos el vídeo que grabó de “Estuve de vinos por ti” Mariano González.
Venga, les voy a contar el otro capítulo sorprendente de la noche. Miqui se baja del escenario atravesando el grueso del público hacia la barra del fondo del recinto y deja a la ACP en el escenario. Pero la música no cesa. Y, ¿qué suena? Pues comienzan las cálidas cuerdas eléctricas de “Mala mujer”, quizás uno de mis temas preferidos de siempre del grupo. Miqui, fan de Derribos Arias por cierto, emula a Poch. Y dirán ustedes que por qué: no sé si habrán visto la famosa entrevista de Paloma Chamorro en “La Edad De Oro” en noviembre de 1983 cuando Poch afirmaba que en un concierto de noches anteriores se había bajado del escenario para ver cómo tocaban en directo Derribos Arias, ya que nunca les había visto. Pues Puig, en su primer concierto con la ACP, quiso saber sin esperar más a ver cómo funciona la formación en directo. Supongo que sacaría en conclusión que bastante bien. Miqui llegó a tiempo de subirse con su tercio de cerveza en mano para poder cantar las últimas palabras de “Mala mujer” y dar carpetazo a uno de los capítulos más dirigidos a los fans de largo recorrido de la actividad de Miqui Puig.
“Escuela De Capataces” es un disco de alta nota. No tardarán en ver por aquí su correspondiente revisión tema a tema y en la actividad de “DMR” en otros campos más… No les damos más pistas de momento. Así se lo confesé al final del concierto al propio Miqui en persona: era la primera vez en mucho tiempo que asistía a un concierto de presentación de un disco de un artista con mucho recorrido discográfico en el que me importaba bien poco lo que rescatara del pasado (por mucho que me deleitara lo que sonó, como ya he narrado en los 3 anteriores párrafos).
Por fortuna, la ACP en su hora y 20 minutos de recorrido sin apenas parones (de hecho no hubo ni bises propiamente, imaginen el vértigo de descenso del Tourmalet del show), repasaron el contenido íntegro de “Escuela De Capataces”. Fueron intercalando sus dosis con temas pasados de forma acertada. Hubo un bloqueo muy sentido que fue el que supuso que se encadenasen “La hora del brindis”, con toda la sala con copa (imaginaria o no) en mano brindando con Miqui, y “El sastre de Genestacio” (debajo del párrafo les dejamos el vídeo que grabó de ésta Mariano González). Curiosamente “Los Módena”, single de adelanto, no fue utilizada como cartucho de primeros compases y apareció más bien en el tramo final de la actuación, al igual que la notabilísima “El chico que gritaba Acid”, que fue interpretada justo después de “Los Módena”. Fue una lástima que “La teoría del hombre invisible” no fuera interpretada. Y es que me gusta mucho oír a Miqui narrar esa historia ambientada en un bar de pueblo. Sonó al acabar el show en sí, a modo de hilo musical de despedida; luego el señor Puig nos confesó que todo se andará y quizás en un futuro se incluya en los conciertos. Estaremos atentos.

Estuvo muy bien que en el tramo final del show, en el que recordamos que no hubo bises en sí, se metieran cosas siempre muy agradecidas de volver a escuchar como “La puta canción de amor en la que el chico gana” o “Te quiero ahora, te quiero luego”. Miren, si quieren saber mejor el set list en orden, aquí debajo les dejamos una foto del set list que tenía Marc Botey con sus acotaciones y que terminamos llevándonos ante la limpieza generalizada que varios fans vimos que estaban haciendo de los que había dispuestos por el escenario de la Costello.
En el plano de la mayor intensidad que ofrecieron Miqui y la ACP hay que destacar “Alta y delgada”; si bien es un tema que siempre ha disfrutado de una notable potencia, en esta ocasión sorprendió la potencia y el nivel de desaforamiento que Miqui mostró, cantando a pleno pulmón y con el efecto visual notable del foco de luz sujetado al lado del micro en mano. Todo esto se concreta en una foto del momento que insertamos abajo.
No nos olvidemos de “Impar”, ese disco de 2008 que si bien no es tan perfecto como su antecesor y el nuevo compañero de discografía, sí que es muy aprovechable. Cayeron “El sirviente” o “Polvos de talco”, que lo reivindicaron y cumplieron bien en su cometido.
Con “Drama”, que sucedió a “Vos trobaba a faltar” (con notable agradecimiento expreso a la audiencia cuando tradujo al castellano su significado), se puso punto y final a una hora y veinte minutos de quitar el hipo. Siempre se echan de menos temas del repertorio posible, pero por una vez en esta ocasión no me voy a poner muy tiquismiquis en ese sentido. Quizás solamente por “Tipo loft”, pero nada más.
Al terminar el show Miqui Puig y la ACP se quedaron en la sala saludando a amigos y conocidos. Pudimos disfrutar de una buena tertulia con Marc Botey y de conocer en ese pasaje a un referente radiofónico musical para nosotros como es el gran Santiago Alcanda que estuvo presente en el concierto. También pudimos saludar a Miqui con un sentido abrazo y hablar un rato con él; arriba del párrafo insertamos una foto que nos hicimos con Marc y Miqui.
Muy satisfechos tiramos para casa constatando principalmente que Miqui Puig está de vuelta y en buenísima forma. Además la ACP, encabezada por Marc Botey y sus cuerdas eléctricas y completada por Joan Verges a la batería (debajo de este párrafo), José Robisco en el bajo (arriba de estas líneas) y Tony Mena a las guitarras, creemos que es un conjunto de músicos excelente y que le viene a Miqui como anillo al dedo.
Echábamos de menos a Miqui Puig desde “DMR”. Tanto en concierto como en estudio. A 2017 le tenemos que agradecer este reecuentro musical y comprobar que a pesar del paso del tiempo el tino compositivo sigue ahí, con un lp muy destacable y con una puesta en escena del mismo que agrada.
Celebramos el éxito de Miqui Puig & ACP y esperamos verles de nuevo no a mucho tardar. Para nosotros siempre es un placer. Termino agradeciendo a Pilar González de G-News que contarán con nosotros para poder narrarles este evento y a Marc Botey y Miqui Puig lo amables y cariñosos que son siempre con nosotros.

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